Todo lo que está en tus manos importa más de lo que crees. Aunque no podamos controlar todo lo que nos rodea, hay muchas cosas que sí dependen de nosotros: cómo nos hablamos, cómo tratamos a los demás, lo que elegimos comer y cómo cuidamos nuestra mente y cuerpo. Por ejemplo, mantener una actitud positiva y practicar ejercicio regular no solo mejora nuestro estado de ánimo, sino que también reduce el estrés y fortalece nuestra salud física y mental.
Según estudios publicados en The Lancet Psychiatry, el ejercicio puede disminuir los síntomas de la depresión en un 20-30%. Además, elegir alimentos nutritivos ayuda a regular nuestras emociones al influir en neurotransmisores como la serotonina.
Cada pequeña acción bajo tu control suma a una vida más plena. La resiliencia, la amabilidad y la forma en que gestionamos nuestros pensamientos son habilidades que podemos entrenar todos los días. Elegir lo que está bajo nuestro control nos libera de preocuparnos por lo que no lo está. No se trata de ser perfectos, sino de mejorar un poco cada día. Tu poder está en tus elecciones diarias.