Además de darle una buena dosis de triptófano a tu cuerpo, la carne de pavo magra es una gran fuente de selenio (un antioxidante) y de vitamina B6, que ayuda a disminuir el riesgo de paros cardíacos entre las mujeres. Para recortar las calorías de la grasa evita consumir su piel. Por lo general el pavo congelado es tan bueno como el fresco, las aves grandes te dan más por tu dinero porque presentan la mejor relación hueso / carne.
Preparalo en salmuera (es decir, remojar el pavo en agua con sal) quita el agua de las células, lo que ayuda a suavizar la carne y mantenerla deliciosamente húmeda. Requiere algunos días de preparación, pero valdrá la pena. Las guarniciones perfectas que puede llevar es puré de nabo, chiviría y papa; col rizada salteada y para finalizar tarta de manzana y arándano.
