Una buena idea que funciona no solo en los pequeños, sino también en los adultos, es escribir por las noches, ya sea en un diario, hoja suelta o pizarrón, tres cosas por las que quisieran agradecer, como el sol que nos calienta en invierno, tener una familia o simplemente el hecho de estar vivos. Por otra parte, es fundamental para el desarrollo de tu autoestima, que los pequeños aprendan a reconocerse a sí mismos por sus logros conseguidos, desde recibir un diez por una tarea bien hecha, hasta por haber limpiado su cuarto sin que nadie se los pidiera.
Cada vez que los niños reciben las gracias como forma de reconocimiento, se incita en ellos a hacer siempre obras buenas y evitar aquellas que no recibirían agradecimiento por ellas, es recomendable aprovechar los momentos familiares para preguntarle a los hijos, sobre aquellas cosas que les han sucedido y que quisieran agradecer.