Desde los orígenes de la filosofía se ha intentado concretar una definición estable de lo que es bello y lo que no. Una de las primeras discusiones en este tema nos remonta hasta el siglo V a.c. en Jenofonte donde se establecieron tres conceptos de belleza que difieren entre sí: Es el ideal basado en la composición de las partes, otra se refiere al reflejo del alma que se puede observar a través de la mirada y la otra es aquella de acuerdo a su funcionalidad, donde las cosas pueden ser bellas o no.
Una vez en la actualiad, la belleza se asoció a la hermosura. Se trata de un apreciación subjetiva, es decir, que lo que es bello para una persona, puede no serlo para otra. Sin embargo, se conoce como canon de belleza a ciertas características que la sociedad considera como atractivas, deseables y bonitas. A pesar de que la belleza la podremos encontrar en cada rincón de nuestra realidad, existen profesionales que ayudan a que la hermosura física de las personas sobresalga como una característica que ilumina su paso.
