El intestino grueso mide cerca de un metro de longitud, se divide en cuatro partes: ciego, colon, recto y ano, siendo el segundo el más largo. Tiene la forma de una u invertida, situándose en el abdomen, rodeando por delante al intestino delgado. A diferencia de este, el grueso no está diseñado para continuar con la absorción de los nutrientes, sino más bien para conservar los líquidos y los electrolitos, como el sodio, que escaparon de la porción anterior del aparato digestivo y cuya pérdida sería muy perjudicial para el organismo y por supuesto la excreción de los compuestos no útiles.
Si bien mayor parte de alimento que alcanza este órgano es la fibra, el tiempo que permanece en éste excede a cualquier otro como la boca, esófago, estómago y el intestino delgado. Una de las razones por las cuales los restos alimenticios permanecen tanto tiempo en el intestino grueso, es que dicho órgano es capaz de generar diversos nutrientes para el organismo.
