Hablar de alimentación nos remonta a pensar en regiones, ya sea por el origen de los ingredientes, la combinación de estos o por sus platillos. Es por eso que imaginar México o algún otro país nos puede llevar a recordad colores, variedad e innumerables alimentos y platillos mundialmente reconocidos que se pueden mencionar. Sin embargo, a lo largo de los años, este arraigo por los alimentos y su significado se han ido perdiendo o bien modificando por la adopción de nuevas culturas (costumbres), que van desde la eliminación de ingredientes, hasta la adición de los mismos, todo ellos por exigencias de las comunidades y consumidores que han transformado las necesidades básicas de nutrición en deseos o gusto por ciertos sabores.
En México la base de la alimentación era el maíz y sus derivados, así como el chile, el amaranto y la calabaza. En el caso del maíz, los antiguos mexicanos descubrieron una forma realmente exitosa para que su ingesta fuera aún más digerible y saludable. El proceso de nixtamalización, el cual entre otros beneficios, hace que el nivel de calcio aumente.