Hay que tener en cuenta que la infancia se configura el autoconcepto, que es un proceso y que cuando se comienza a ir a la escuela, contribuye a desarrollar las capacidades del niño, comenzará a recibir evaluaciones de sus maestros, compañeros que, de acuerdo con su rendimiento, esta evaluación influirá en su forma de percibir su propio proceso de aprendizaje, que después se transformará en el trabajo, relaciones afectivas de pareja.
La influencia de los padres es incuestionable y evolutiva según el ciclo de vida, cuando los padres reconocen la creciente madurez del hijo adolescente, adulto, se va democratizando la toma de decisiones, los hijos, considerarán estas experiencias para apoyar en lugar de contradecir. No es que el adulto quiera llamar la atención, sino que la niñez-adolescencia siempre opera como representante y portadora de los primeros signos de malestar familiar, social y personal.
