A diferencia del THC, el CBD tiene una afinidad relativamente baja por los receptores de cannabinoides en el cerebro. Estas son las moléculas a las que se une el THC para provocar sus efectos psicoactivos. En cambio, se cree que el CBD influye en otros receptores, incluidos los receptores opioides que regulan el dolor y los receptores de glicina involucrados en la regulación de la hormona serotonina "sentirse bien".
Los defensores con Reseñas CBD, afirman que el aceite de este, puede tratar una amplia variedad de problemas de salud, que incluyen: acné, anorexia, ansiedad, dolor crónico, depresión, adicción a las drogas y abstinencia, epilepsia, glaucoma, hipertensión, insomnio, espasmos musculares y la enfermedad de Parkinson. Algunas de estas afirmaciones están mejor respaldadas por la investigación que otras. A pesar de su creciente popularidad, el aceite de CBD sigue siendo poco investigado. La evidencia actual nos habla que es uno de los mejores tratamientos para la ansiedad.
El CBD en México como en otros países se muestra prometedor en el tratamiento de los trastornos de ansiedad, según los investigadores, el CBD demostró potentes efectos ansiolíticos (para aliviar la ansiedad) en la investigación con animales, aunque con resultados contradictorios. En todos los estudios, excepto en algunos, las dosis más bajas de CBD (10 miligramos por kilogramo o menos) pudieron tratar mejor los síntomas de ansiedad. Dosis más altas (100 miligramos por kilogramo o más) prácticamente no mostraron ningún efecto. Parte de esta respuesta podría explicarse por la forma en que el CBD actúa en el cerebro. En muchos casos funciona como un agonista, lo que significa que desencadena una respuesta opuesta cuando se une a un receptor. Es posible que las dosis bajas provoquen una respuesta agonista positiva, mientras que las dosis altas "abruman" al cerebro y desencadenan un efecto compensatorio para "combatir" los efectos del CBD. Puedes encontrar información más extensa de cada uno de los benefecios desde el instagram t.me/cbdhoy.
