Los adolescentes tienen necesidades nutricionales marcadas por procesos de maduración sexual, así como aumento de talla, peso, masa corporal y ósea, por lo que se requiere mayor cantidad de energía y nutrientes, como carbohidratos, proteínas, grasas, vitaminas y minerales, en forma balanceada. Para ayudar a prevenir los problemas alimentarios, en adolescentes, los padres deben hablar con sus hijos acerca de la imagen corporal y los hábitos de una alimentación saludable. El adolescente tiene que conocer cómo la dieta puede afectar su nivel de salud apariencia y la energía.
Comer o controlar la dieta no es una forma saludable de lidiar con las emociones. En su lugar, hay que animar al muchacho a hablar con sus seres queridos, amigos o un consejero, acerca de los problemas que él o ella podrían estar enfrentando.