El pH (Pondus Hydrogenil) es una medida de acidez o alcalinidad. Indica la concentración de iones hidronio presentes en determinadas sustancias. En términos dermatológicos: el peso de hidrógeno que tiene la sustancia para mantener en equilibro su posición natural.
La piel tiene un tejido entre la dermis y la epidermis llamado manto ácido, por tener un pH inclinado ligeramente hacía la escala con el mismo nombre. Esta película natural se produce por las glándulas sebáceas y sudoriparas, cuya función esencial es proteger la superficie de la epidermis de ciertos microorganismos. El pH de la piel humana varia entre 4.5 y 5.9 dependiendo de la persona. Si el manto ácido se ve afectado, nuestra superficie pierde humedad y generar tendencia a infecciones y daños, además de que se acelera el envejecimiento de la piel. Cuando el pH es más alcalino, se produce dermatitis y prurito. No laves tu cara con un jabón que no sea especial, pues al hacerlo la tez será más alcalina y propiciará el crecimiento de bacterias por desprotección de la misma.