Algunas de las pautas generales inician con la introducción de pequeños cambios en el modo de vida, tales como practicar una actividad física de forma regular, lo que es igual a 150 minutos semanales para los adultos o 300 minutos semanales para niños y adolescentes, siempre considerando la situación individual de cada persona.
Reducir o eliminar el consumo del alcohol, prefiriendo el uso moderado de vino tinto por su contenido elevado de antioxidantes, protectores que evitan que el colesterol se concentre en la sangre de forma dañina, así como renunciar al tabaco.