Para que una bacteria sea considerada probiótico, debe cumplir con la siguientes requisitos:
- Sobrevivir al ácido gástrico del estomago y las sale biliares de los intestinos. Las bacterías probióticas deben ser capaces de sobrevivir a las condiciones de estrés, propias del tracto gastrointestinal, como lo son de bajo pH del ácido gástrico del estómago, así como la elevada concentración de sales biliares, para poder llegar vivas a los intestinos y ejercer su efecto benéfico.
- Producir sustancias antimicrobianas e inhibir el desarrollo de microorganismo patógenos. Está demostrando que los probióticos producen, como parte de su metabolismo normal, ácidos orgánicos (como el láctico y acético), que acidifican el tubo digestivo, así como diferentes compuesto que inhiben y limitan el desarrollo de bacterias nocivas causantes de enfermedades.
- Ser de origen humano. Esto garantiza su inocuidad, es decir, que no provocan ningún daño al ser humano.
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